Categorías
Existo

24-06-2021

Las confesiones de mi madre usualmente me dejan helada, la de ayer fue templada, nunca tibia: “Tanto trabajo que me costaste, hija”. Lo ha dicho no como un reclamo, sino como una especie de aceptación resignada y de algún extraño modo feliz, aludiendo a las batallas contra la enfermedad que amenazó con ahogarme toda mi infancia, manchándola de soledad, salpicándola de aislamiento y de tristeza, pero también formándome y de ese modo definiéndome a mí y a mis taras, en esa otra lucha por el aliento, inhalando desesperada por un respiro que nunca estoy del todo segura si será el único, el último.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s