Correspondencia una palabra hermosa que no siempre nombra el amor, a veces es el humor y el ingenio, esa manera graciosa del genio.
Charles Darwin escribe cartas a nombre del Beagle que da nombre al libro.
En tono accesible y desenfadado se dirige a colegas y amigos para intercambiar información personal más que profesional.
«Perdone mi carta producto de las prisas».
El lenguaje es siempre coloquial, directo al punto, tratando de los asuntos mundanos que volverán posibles los descubrimientos.
Franqueza y disculpa, Darwin espera que de ese modo le entendamos.
Descubrirle es delicioso, imaginarle más.
Me gustó.
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Briseida Alcalá
Detrás de mí están mis libros, detrás de mis libros estoy YO.
Busco siempre la aventura del color, el aroma y el sabor.
