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Las posesiones | Los secretos familiares y la locura: fantasmas

Llucia Ramis explora cómo las posesiones reflejan espectros familiares en la locura, la enfermedad y el vicio. La narrativa se centra en experiencias con el padre, abuelo y amante, revelando un desencanto que invita a redescubrir la realidad. La historia se sitúa en 2007 y refleja secretos que afectan los hogares familiares.

Llucia Ramis explora con las posesiones los espectros familiares en la forma de la locura, la enfermedad y el vicio.

La narración hila tres experiencias definitivas que incluyen al padre, el abuelo y el amante. El primero aquejado de la enfermedad mental, el segundo sospechoso de participar en una estafa y el último un ludópata aparentemente regenerado. Cada uno con su afección particular se transforman, desmorona y desconfigura para que ella los reconstruya en efigie real o imaginada. 

La experiencia es cercana e increíble cuando los 30 y tantos años de la protagonista significan el enfrentamiento definitivo con la realidad, cuando los padres envejecen y no pueden ofrecernos más la pantomima que sabemos increíble pero aún aferramos de su inmortalidad. El punto de inversión en que los roles se invierten.

El estigma es una razón más para callar la enfermedad mental, la social, el crimen de la simulación y una sombra que entorpece el despertar, proyecciones de la locura y el despecho, un espectro que es amenaza: real. ,

Las posesiones del título aluden también a los caserones que albergan el pasado hasta casi sustituirlo, significando el hogar, las raíces que atan fuerte al árbol familiar, pero también a los espectros que las rondan, para apoderarse de lo que creíamos conocido para revelarlo extraño, ajeno, forastero.

De Mallorca a Barcelona se huye, la ilusión cae a modo de flashbacks o raccontos.

Situada en 2007 representa y también acentúa, valiéndose del origen migrante de la autora para desmoronarse en la efigie real o imaginada ante los ojos de Llucia, las visiones de las personas como la racionalización de descubrirles distintos o capaces de nuevas cosas.

El desencanto proviene del descubrir que en este caso es redescubrir, volver a conocer, lo que se nos había ocultado pero lo que ahora se nos revela, es el afán del conocimiento propio en el otro y viceversa, son las herencias de dolor de un hogar con el que se cuenta siempre para regresar, o del que se necesita que exista para regresar y cuando desaparece no queda otra cosa que madurar.

En primera voz, de ese modo, se grita lo que los demás callan.

Los secretos que rondan como fantasmas las casas familiares que la vejez abandona.

El crimen es la simulación de un despertar

la sombra que proyecta la sospecha y amenaza la locura

el desconocido.

al que urge conocer.

cae la ilusión para que arrive la realidad.

y la rivalidad.

¿Más inspiración?

Briseida Alcalá

Detrás de mí están mis libros, detrás de mis libros estoy YO.

Busco siempre la aventura del color, el aroma y el sabor.

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