La Emily más sutil se nos revela en sus cartas.

Pedir es aceptar que no se ha de dar

La mariposa se presume como flor y pétalo a pétalo se entrega en sus misivas a los hombres que amó.

Sin ser Rosa, me sentí florecer
Sin ser Ave – en el Éter cabalgué.

La diferencia de reconocer la que es y ya no puede más con él ser.

Está el conocimiento de la palabra divina, que media entre los afectos, los sujeta, los prohibe, los castiga y los condena.

Suplicar por la Carta cuando se ha escrito es suficiente bancarrota.

Incertidumbre por el lugar pero no por el sentir.

¿Recordar para apresar o para aprehender?

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Otis. P. Lord es el destinatario, a quien la poeta espera, honra, adora.

Apartar el Combustible del Éxtasis no aparta el Éxtasis mismo.

T. W. Higginson el pastor, escritor y abolicionista de quien se vuelve alumna en una correspondencia primero sumisa y luego fructífera.

¿Es acaso el Intelecto a lo que se refiere el Patriota al hablar de su “Tierra nativa»?

Entre ellos siempre mediando Dios. La palabra vedada, nunca pronunciada. Una admiración correspondida pero no materializada.

El libro forma parte de la colección Pequeños Grandes Ensayos de la UNAM, la cual difunde textos prácticamente desconocidos, buscando ampliar la perspectiva lectora.

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