“Tomad y comed todos de él, porque esto es MI cuerpo, que será entregado por vosotros”.
MATEO 26:26
Maren es una chica que vive negando su más profundo y por tanto más oscuro anhelo, lo que la define y la condena: la antropofagia, y que la hace perder a su madre, su padre y por mucho tiempo a ella misma.
La película retrata su soledad y esencia en la primera secuencia, con ritmo de horror, en una pijamada, ese rito que vincula a las amigas, donde se comparten los secretos y se reúnen los afines espíritus.
Descubierta pero no condenada Maureen emprende la búsqueda de su madre en un viaje por un país: la deep América agreste, incomprendida pero también hermosa, como ella misma.
En el camino conocerá otras dos formas de navegar el apetito que apenas descubre:
Una existencia marginal y en soledad que sólo ofrece decadencia, como Sully, otro caníbal, infantilizado en la peor manera por un Mark Rylance increíble, quien surge desde las sombras por jamás abandonarlas y después en Lee, otro joven huérfano.
Edad, soledad y preferencia serán el punto en común para la conexión y el descubrimiento
La diferencia no salva ni evita, pero sí aísla de una sociedad que no quiere anómalos en su mundo de amor.
El viaje será uno de descubrimiento personal y compartido, para lidiar y para conectar finalmente con la entrega auténtica de ese amor que alimenta el cuerpo y también el alma.
Luca Guadagnino adapta la novela homónima de Camille DeAngelis volviéndola una historia de comprensión en la hermosa manera de la pertenencia.
Taylor Russell y Timothée Chalamet iluminan la pantalla y a cada uno empatizando con el espectador y revelando la ilusión como la forma más duradera de la esperanza.
Lee: You don’t think I’m a bad person?
Maren: All I think is that I love you.
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Briseida Alcalá
Detrás de mí están mis libros, detrás de mis libros estoy YO.
Busco siempre la aventura del color, el aroma y el sabor.
