«No creo en un dios que no sepa bailar«.
Friedrich Nietzsche
Dibujar sin palabras

Keith Haring no atrapa sino expresa el movimiento de la forma que tiene como nombre color, primario, y de ese modo primordial.
Color, forma, movimiento, el arte urbano es el que recupera la protesta bajo el nombre de belleza.

Sus monkeys o monos nos recuerdan eso que afirmaba Nietzsche.
«Yo amo a quien quiere vivir para saber».
Friedrich Nietzsche
Expresión del todo.

Modernidad la del país que tiene por identidad no la industria sino la repetición, la copia y la acumulación: Estados Unidos de América.

De la calle a la sala de exposición
Sexo seguro, ese que protege el cuerpo con barreras. Ese que pregunta, ese que espera.
Las alusiones no son sexuales sino corporales, ese gritar del cuerpo. Ese existo del nihilismo, esa continuación de los Estados Unidos de una filosofía por fin popular.
Keith Haring no pintó paredes, las derribó. El muro que separaba una nación significaba la apropiación del occidente del oriente y también la amenaza clara de muerte.
Desobediencia es la virtud original del hombre. Es el traspaso de los límites que sofocan y limitan; no el animal sino la bestia.
«El hombre es un ser que debe superarse».
Nietzsche
La sensibilidad de Haring es la de su valentía, también la de su generosa estética, la de un traductor de los primeros murales, la pintura rupestre en la que el hombre retrata todo lo que le supera y cómo también por su ingenio es superado.

De la pared del metro al Mural de Barcelona, Keith Haring no trascendió la forma sino la intención. Su apropiación del espacio público resume la lucha de la clase trabajadora por hacerse escuchar, y en su caso ver y también sentir.

Grafiti, esa manera del vandalismo, esa expresión de la protesta, esa palabra en latín y ese origen romano.
Se llama grafiti,[1] grafito[2] o pintada (las dos primeras del italiano graffiti, graffire, y esta a su vez del latín scariphare, «incidir con el scariphus» —estilete o punzón, con el que los antiguos escribían sobre tablas—

«Tú mismo te estás expresando siendo como eres, ya sea con completa exactitud o haciendo desviaciones más humanas… pero seguirá teniendo esa consistencia que es tan consistente como lo eres tú como persona»
Keith Haring

