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Arte Moderno

Keith Haring: de la calle a la Galería

El arte de Keith Haring trasciende la mera expresión, encarnando el movimiento, el color y la protesta. Inspirada en la filosofía de Nietzsche, la obra de Haring desafía las barreras sociales y refleja las luchas de la clase trabajadora, abogando en última instancia por la individualidad y la resiliencia. Sus murales sirven tanto como expresión personal como discurso colectivo, enfatizando el poder del arte urbano.

«No creo en un dios que no sepa bailar«.

Friedrich Nietzsche

Dibujar sin palabras

Keith Haring no atrapa sino expresa el movimiento de la forma que tiene como nombre color, primario, y de ese modo primordial.

Color, forma, movimiento, el arte urbano es el que recupera la protesta bajo el nombre de belleza.

Sus monkeys o monos nos recuerdan eso que afirmaba Nietzsche.

«Yo amo a quien quiere vivir para saber».


Friedrich Nietzsche

Expresión del todo.

Untitled, Keith Haring • 1978

Modernidad la del país que tiene por identidad no la industria sino la repetición, la copia y la acumulación: Estados Unidos de América.

Untitled (For Kenny), Keith Haring • 1979

De la calle a la sala de exposición

Sexo seguro, ese que protege el cuerpo con barreras. Ese que pregunta, ese que espera.

Las alusiones no son sexuales sino corporales, ese gritar del cuerpo. Ese existo del nihilismo, esa continuación de los Estados Unidos de una filosofía por fin popular.

Keith Haring no pintó paredes, las derribó. El muro que separaba una nación significaba la apropiación del occidente del oriente y también la amenaza clara de muerte.

Desobediencia es la virtud original del hombre. Es el traspaso de los límites que sofocan y limitan; no el animal sino la bestia.

«El hombre es un ser que debe superarse».

Nietzsche 

La sensibilidad de Haring es la de su valentía, también la de su generosa estética, la de un traductor de los primeros murales, la pintura rupestre en la que el hombre retrata todo lo que le supera y cómo también por su ingenio es superado.

De la pared del metro al Mural de Barcelona, Keith Haring no trascendió la forma sino la intención. Su apropiación del espacio público resume la lucha de la clase trabajadora por hacerse escuchar, y en su caso ver y también sentir.

Mural «Todos juntos podemos parar el sida» (1989), en El Raval de Barcelona.

Grafiti, esa manera del vandalismo, esa expresión de la protesta, esa palabra en latín y ese origen romano.

Se llama grafiti,[1]​ grafito[2]​ o pintada (las dos primeras del italiano graffitigraffire, y esta a su vez del latín scariphare, «incidir con el scariphus» —estilete o punzón, con el que los antiguos escribían sobre tablas—

Untitled (Dance), Keith Haring • 1987

«Tú mismo te estás expresando siendo como eres, ya sea con completa exactitud o haciendo desviaciones más humanas… pero seguirá teniendo esa consistencia que es tan consistente como lo eres tú como persona»

Keith Haring

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