La invasión estadounidense de 1847 no solo se recuerda por las batallas que marcaron nuestro territorio, sino también por los encuentros, a veces pacíficos y a veces violentos, que dejaron una huella profunda en la memoria colectiva. Guillermo Prieto, testigo y cronista de aquellos días, nos ofrece una visión cercana del sufrimiento y el orgullo que definieron a México en tiempos de adversidad.
Prieto y la memoria del sacrificio
En su crónica, Prieto reflexiona sobre el dolor y el amor por la patria, expresando que:
“Dulce es al hombre en su penoso duelo, cuando el tormento pertinaz le aterra, decir burlando a la mezquina tierra: ‘Allí es mi patria’, y señalar el cielo.”
Estas palabras capturan la esencia del sacrificio y la firmeza de quienes defendieron su tierra.
Los héroes populares: los “pelados”

Entre los defensores destacan los “pelados”: habitantes de las clases populares de la Ciudad de México, conocidos por su valentía. Frente a las tropas estadounidenses, estos héroes cotidianos se convirtieron en símbolo de resistencia, demostrando que el coraje no depende de rangos ni títulos, sino de la determinación de proteger lo propio.
Humanidad y coraje en la crónica

Prieto narra también escenas de humanidad, de miedo y de solidaridad, recordándonos que la historia no se limita a los grandes nombres ni a las estrategias militares, sino que se teje con gestos, miradas y actos de coraje anónimo.
Resistencia y memoria
La crónica de Prieto nos recuerda que la historia no solo se escribe con grandes batallas, sino con actos cotidianos de coraje y solidaridad. Cada gesto, cada mirada de resistencia de los “pelados”, construye la memoria de un México que defiende su tierra y su identidad.
Si quieres acercarte más a la obra de Prieto, Vientos del Pueblo está disponible en su versión ilustrada por sólo 20 pesos, ofreciendo una experiencia visual que complementa la lectura de estas crónicas históricas. Esta edición es perfecta para quienes buscan conectar con la historia de México de manera accesible y cercana.



Briseida Alcalá
Detrás de mí están mis libros, detrás de mis libros estoy YO.
Busco siempre la aventura del color, el aroma y el sabor.
