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Premios Nobel

El carretero de la muerte — “nocturno viaje entre susurros”

En El carretero de la muerte, Selma Lagerlöf traza un viaje etéreo hacia el umbral de la despedida, donde el tránsito entre la vida y la muerte se convierte en un susurro prolongado. A través de una atmósfera nocturna, cargada de melancolía y evocación, la novela narra el retorno de una joven al pueblo de sus raíces justo antes de su muerte, desplegando diálogos silenciados, secretos a medias y la paz estremecida del instante final. En esta reseña exploro cómo la lectura se volvió para mí un rito silencioso —un encuentro íntimo con la luz que se apaga— y revelo las resonancias simbólicas que laten a lo largo de la obra.

“Nothing on earth can make up for the loss of one who has loved you.”

Selma Lagerlöf

El recorrido es siempre nocturno como conoce Sor Juana.

Primero sueño, y sólo así despierto.

Kharon visita para entregar, no para tomar, para reunir y no para separar.

«Es bueno para ella morir la víspera de una fiesta».

Una muchacha regresa al pueblo para su último momento. Comala es también Escandinavia.

Regia la enferma derrama su beatitud sobre sus hermanas.

«tenía tantas cosas que decirle».

Todo susurros es el experimentar la larga despedida que significa agonizar.

Sí, todos me dijeron «¡feliz regreso! Es la cosa más hermosa que recuerdo de toda la vida.


DATO CURIOSO: Victor Sjöström se basó en esta novela para su clásico del cine sueco de 1921. La película es conocida por el uso del recurso narrativo del racconto y por el efecto del claroscuro.

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