Una lectura en voz baja, junto a Alejandra Pizarnik, no para entenderla, sino para arder con ella. En este texto no la conmemoramos: la acompañamos en su fondo, en su lenguaje, en su silencio. Una invitación a leerla desde la grieta.
Una lectura en voz baja, junto a Alejandra Pizarnik, no para entenderla, sino para arder con ella. En este texto no la conmemoramos: la acompañamos en su fondo, en su lenguaje, en su silencio. Una invitación a leerla desde la grieta.
“Tú hiciste de mi vida un cuento para niños en donde naufragios y muertes son pretextos de ceremonias adorables” ALEJANDRA PIZARNIK PRESENCIA, la de la soledad «tú me desatas los ojos y por favor que me hables siempre». La noche es el único lugar posible para leer; ahí se crea y se habita no la […]