Hay una parte de mí que no sabría decirse sin las canciones de Thom Yorke. Una zona interna que solo se activa cuando el glitch se vuelve consuelo, cuando la voz parece quebrarse justo antes de derramarse. En esos momentos—y son muchos—me acuerdo que la tristeza también se puede coreografiar, que el caos puede sonar […]
