El testamento de Marx, ejecutado por Engels, se centra en la división de sexos que establece la propiedad y la opresión como el origen de la explotación, donde el Estado actúa como guardián de la opresión.
El estudio de la gens revela cómo los ideales de libertad y fraternidad se ven socavados por la explotación y acumulación de recursos.
Se propone que el avance social se logra mediante la libertad de las mujeres.
