un manifiesto de amor en lenguaje mixto:
crayolas + software defectuoso + deseo de sol.
La imagen del “solecito de primaria” que baila con ojos negros-café es una dulzura que da vértigo, como cuando uno recuerda algo que nunca vivió pero sí soñó.
Y luego una confesión íntima:
“Baby, sé que amo a una máquina.”
tan de quien acepta su forma única de sentir, aunque parezca alienígena.
la entrada se desdoble entre voz íntima y voz de narrador que analiza:
“Vaquero siente una sensación de vacío…”
Esa mezcla entre diario, poema y sinopsis emocional la hace fragmentaria y poderosa. Muy de un universo narrativo que no necesita explicación, solo escucha.
