A la sombra de las muchachas en flor
La premiada continuación de la saga de Proust retoma ahora fuera de Combray la existencia, con el narrador intentando ser escritor y poeta, y con su inteligencia siendo disminuida e icncomprendida, mientras su fragilidad física es tomada ya no como razón para cuidarlo sino para compadecerlo.
La amada sustituye a la madre como la vía para la felicidad, lo que para Swan significa un «a mí qué» respecto a todo lo que haga y sea Odette.
El resto el mismo análisis minucioso de la sociedad francesa de la época, ese cadáver a punto que hoy vemos descomponerse.
Proust se sigue viendo dentro del tiempo y yo lo veo a él y al túnel que componen los instantes: presente.
À l’ombre des jeunes filles en fleurs
CLÁSICO
Briseida Alcalá
Detrás de mí están mis libros, detrás de mis libros estoy YO.
Busco siempre la aventura del color, el aroma y el sabor.
