No quiero entender el libro, quiero LEERLO.
No entender un libro puede ser lo más maravilloso de leerlo.
Dejarse llevar por su ritmo, arrastrar, cimbrar, ¿confundir? Azotar.
Una entrega absoluta a la experiencia
L
E
C
T
0
R
A
[Imagina ver una pintura, el primer acercamiento no es descifrar forma, perspectiva, composición ni color, es verla: sentirla]
Imagina escuchar una melodía, no piensas en ella, la escuchas.
La música es el único de los artes que puede ser por completo abstracto por su relación con las matemáticas.
Escala, tiempo y también proporción.
Ahora mismo me bebo un café. Lo acerco a los labios y me lleno con él. Lo disfruto, lo dejo invadirme, hacer.
Quizá resulte más claro hablar de como hay libros que resultan una exploración del interior. Yo misma, cuando escribí el mío, no considere o me interesó jamás que se entendiera.
No es que no me importara, es que no podía escribirlo de otro modo; porque trataba de un remolino:
y0.
Con todo esto busco decirte que no es que no importe, es que es una manera de acercar la experiencia de otrxs a la tuya, para comprehender a través de sentir, de ofrecerte la transformación de confusión en expresión.
El fruto de cómo un mundo interior se transcribe.
No es que un libro sea fácil o difícil, es que quien escribe, está intentando descifrarse a través del lenguaje.
¿Entender o no entender?
LEER.
↓

Briseida Alcalá
Detrás de mí están mis libros, detrás de mis libros estoy YO.
Busco siempre la aventura del color, el aroma y el sabor.
