Todo comienza siempre con un papelito.
Proust con un ven urgente para rogar a su madre bese su frente como cada noche.
Orwell con el «Te quiero» infame pero vital ante Julia frente a la vigilancia y sobre todo la opresión y la vejación.
Es Mieko Kawakami con la carta que busca en Hevun.
Y claro Sor Juana, siempre Sor Juana, con el más portentoso poema de la noche y el barroco.
La palabra una llave que abre toda puerta.
El amor familiar, el amor elegido y el amor temporal/creador/existencial.
¿Operación mágica, lógica o milagrosa?
«Dicha de entender, mayor que la de imaginar o la de sentir».
La Escritura Del Dios
Ah.
Cuentas y cuantas, no infinitas como las posibilidades de la palabra y las de la que la pronuncia; sino las de esa sarta de esferas convertidas en objeto de devoción, diez en diez, vehículo y guía para hacerse escuchar.
Un rezo y cinco misterios en tu nombre, un misticismo al alcance de todas, repetición y reiteración, una espiritualidad compartida, colectiva.
Me llena el vahído si pienso en el Dios te salve.
La palabra no sólo es puente, es también llave.
¿Más inspiración?
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Briseida Alcalá
Detrás de mí están mis libros, detrás de mis libros estoy YO.
Busco siempre la aventura del color, el aroma y el sabor.
