«El norte es tierra blancuzca e hiriente».
Evocar es recordar, traer a la memoria, es volver a escuchar y también ver, oler y saborear.
Es una cosa que lleva innecesariamente a la otra.
Es pasión o es devoción.
Es el nombre que da José Revueltas a sus memorias, esas en las que está la amada, pero también el país del escritor que formó parte de una dinastía intelectual desde la posición del hombre más puro de México.
Angustia el nombre de saber, la necesidad de gritar, de proclamar, de incinerar todo, para que de esos rescoldos que se nombran cenizas surja el hombre nuevo.
El Adán desnudo de Novo que aquí se llama José Maximiliano.
Viento del norte. Feroz viento mexicano libre, libérrimo; aúlla por las rendijas de las casas de madera; levanta grises polvaredas grita en medio de la desolación de los campos angustiados.
SABINAS, HIDALGO.
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Briseida Alcalá
Detrás de mí están mis libros, detrás de mis libros estoy YO.
Busco siempre la aventura del color, el aroma y el sabor.
