“Un hombre enamorado no tiene espacio en su corazón más que para sus sentimientos.”
― Yukio Mishima
Koi es el nombre de ese pez que está asociado a una leyenda: nadar río arriba hasta superar la cascada que los convertirá en dragones, triunfo del esfuerzo en forma de la perseverancia.
Carpas de invierno nadan en el estanque de una rica casa, la del hijo de un samurai, tan digna ya en jerarquía como para hospedar al Emperador.
Meji es el nombre de una era que marca un fin.
La Guerra Ruso Japonesa el punto de inflexión histórico en que un país pequeño se prueba potencia mundial.
David vs Goliat.
Dos jóvenes conversan, uno es hijo de un marqués, ya entonces los dos son nobles, ninguno es plebeyo.
Kiyoaki «Kiyo» Matsugae es sensible y también melancólico, de apariencia fría y temple elegante, contenido, desinteresado y diferente, moderno y occidentalizado: libre.
Es la flor y no la espina de un árbol familiar que tiene espacio ya para la belleza del jardín que olvida que fue bosque.
Satoko Ayakura tiene 20 años y es la hija de un Conde que está mucho más arriba en la escalinata que conduce a la pagoda del Palacio Imperial.
En ese hogar se crian los dos jóvenes, creciendo de un modo que los víncula de una manera que para uno significa amor y para la otra vulnerabilidad.
Enigmas entre ambos o falta de claridad, un entretejerse que los acerca hasta fundirlos.
Juvenil porque puro en el ingenuo pensar que una consecuencia se elude y una ilusión se agota
La fuerza de la juventud puesta al servicio de los sentimientos y no del honor de una nación.
Pasajera la puesta del Sol que irradia un arrobo y un éxtasis y un respeto y una admiración.
La materialización en esencia, gracia, color y forma.
Cultura tangible en el espíritu de la vida y de la historia.
Un desgajarse del tiempo para convertirlo en espera, y un punto de inflexión donde nada pueda ser deshecho.
Las cosas se acaban para bien, siempre.
Para el futuro o para el pasado, para la época en que se pueda pensar libremente, en que los hombres sean distintos unos de otros y no vivan solitarios… Para cuando la verdad exista y lo que se haya hecho no pueda ser deshecho:
GEORGE ORWELL
Historia, Voluntad y Amor: Creación
Ceder es entregar pero no resistir, es finalmente vivir.
ME ENCANTÓ.
¿Más inspiración?
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Briseida Alcalá
Detrás de mí están mis libros, detrás de mis libros estoy YO.
Busco siempre la aventura del color, el aroma y el sabor.

One reply on “Mishima: De la Carpa al Dragón | Nieve de primavera: La Era Meiji como Historia de Amor y Transformación”
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