💋 Todavía es para mí: Vaseline® Lip Therapy® y el glow que me regalo
Hay productos que una compra casi sin pensar, pero se vuelven parte de tu día. No para gustarle a alguien más. No por vanidad. Sino por ese momento privado donde decides cuidar de ti, aunque sea en lo mínimo. Eso me pasa con los bálsamos de VASELINE® LIP THERAPY®.
He probado cuatro, y aunque todos me gustan, cada uno me acompaña de forma distinta. Así los uso, así los siento, así los quiero:
🌹 Rosy (mini)
El primero que probé y al que siempre vuelvo. Tiene un tono rosado que me gusta mucho porque no compite con nada, solo da ese toque de vida que a veces falta en la cara. El aroma es suave, dulce sin empalagar. Tiene algo de nostalgia y de coquetería al mismo tiempo. Lo llevo en la bolsa como quien guarda una flor seca en la agenda.
🖤 Original
El más básico y el más noble. Siempre está. Es el que puedes prestarle a cualquiera sin pensar, porque no tiene aroma, no tiene color, pero tiene todo lo esencial. Humecta, protege y te recuerda que lo simple también es valioso. Este es el bálsamo que uso cuando salgo sin maquillaje o cuando ya me quiero ir a dormir. Es para todxs, y por eso también es para mí.
🍾 Pink Bubbly
Este me hace sonreír desde que lo abro. Tiene algo especial, algo que no sé si es aroma a celebración o a deseo. Me parece sxy, único y suave. Como si alguien lo hubiera inventado pensando en una cita que no termina, aunque estés sola. Es el que uso cuando quiero recordarme que también brillo de noche, y que ser femenina no es sinónimo de fragilidad.
🐝 Queen Bee (mi favorito)
Este es mi talismán. Tiene una textura más rica, como si tuviera cuerpo. El aroma es delicioso, profundo, con un guiño dulce que me hace sentir poderosa y dulce al mismo tiempo. Lo uso cuando quiero verme y sentirme bien para mí. Me recuerda que no necesito permiso para ser reina ni para cuidarme bonito. Mi favorito por razones que van más allá de lo estético.
✨ ¿Por qué los sigo usando?
Porque me reconcilian con el espejo. Porque son baratos, accesibles, efectivos. Porque tienen esa estética de frasquito pequeño que cabe en cualquier parte, pero te acompaña a todas.
Y sobre todo porque no me piden nada a cambio. Solo estar ahí, disponibles, cuando decido que ese momento de cuidado es mío. Porque sí, aún sin pareja. Porque sí, con mi edad. Porque sí, con mi historia.
Todavía es para mí. Y estos bálsamos lo saben.
Briseida Alcalá 