Con Edad de hombre, Michel Leiries acomete la creación literaria como un acto transgresor, letal y emancipador.
Concebida como “la negación de una novela”, su autobiografía se conforma como una exploración del personaje que es él mismo a través del recuento de los sucesos que ilustran sus preocupaciones y obsesiones, todo desde la premisa de una veracidad absoluta que equivale a la confesión en su acepción primaria que es también la de la redención.
Se trata de la culminación de una empresa que materialice una vehemencia largamente buscada, evidenciada en las impresiones del niño y la búsqueda perenne del adulto, concentrada en objetos tan diversos como el amor, la mujer, el deseo, el misticismo y la creación.
Con arrojo y decisión se elige y rememora todo lo que deja una impresión tan profunda que se transforma en huella, extrayendo desde la vulnerabilidad la fuerza, para convertirla en una experiencia exultante que transmite a su lector. No lo dejen ir.
Briseida Alcalá 