Alien

Lo extraterrestre nunca fue tan espeluznante como en Alien de Ridley Scott.

La tripulación del Nostromo, una nave carguera, descubre que, mientras se encontraban suspendidos en un proceso regulado de hibernación, Madre, la computadora de a bordo ha modificado su trayectoria de regreso luego de recibir una transmisión de origen desconocido.

Éste será el primero de los descubrimientos inquietantes que los llevarán al encuentro con una espeluznante nueva forma de vida, el entorno confinado de la nave será una tumba espacial cuando la criatura revele gradualmente su imbatible capacidad destructora.

La nave, barrera entre ellos y el cosmos, será apenas una burbuja dirigible que no será suficiente para protegerlos de los peligros de lo desconocido, exacerbados en el ambiente de un infinito de tiempo y espacio. El desconcierto de los personajes equivale al de la audiencia que se mueve a tientas, en el suspense de lo que se oculta en la oscuridad. La banda sonora de Jerry Goldsmith llena el silencio del espacio acorde al ritmo y tono de cada secuencia para realzar la emoción imperante en cada una de ellas. 

Con sólo 7 personajes, el trabajo de ensamble es notable, enfilando sin hacer uso de innecesarios protagonismos en otro de los aspectos innovadores del argumento, a un paladín femenino. La Ripley de Sigourney Weaver es fuerte y decidida, y su rostro lienzo para el paroxismo del terror en un close up maravilloso que la ilumina con el estrobo de las luces de emergencia. 

El guión establece y mantiene la tensión desde los conflictos de la tripulación por recursos y jerarquías, las agendas secretas y la morfología del alienígena, sirviéndose de dos vueltas de tuerca para aclarar la confusión y acrecentar el horror.  El diseño de producción es extraordinario y la concepción de la criatura escalofriante en cada uno de sus aspectos que concilian lo mecánico con lo orgánico en una forma de vida letal e indestructible, cada una de las etapas de su evolución conocida se manifiesta en una secuencia aterradora que se graba desde entonces en la memoria colectiva. No la dejen ir.