La espera de la muerte propicia un recuento de vida que toma forma en numerosos raccontos de los que Hemingway se sirve para narrar uno de los más hermosos retratos de la entrada en la negrura en Las Nieves del Kilimanjaro.
Harry, el protagonista, es un escritor que, aquejado de una pierna gangrenada, se debate (como todo individuo) en la eterna espera entre la salvación y la muerte. Lo acompaña una mujer, desesperada por salvarlo, como es siempre el caso.
En situaciones de tal naturaleza surgen la irritación junto al reclamo, el examen minucioso de las circunstancias que, futiles en apariencia, se han concatenado para desembocar en el fatal desenlace.
Alejado de todo lo que alguna vez estimó de valía para su verdadero ser, Harry evoca vívidamente los momentos memorables de su existencia. Un aluvión de impresiones, amores, experiencias, lugares, olores y paisajes se mezclan y reúnen para brindar la claridad mental de eso que se siente tan hondo que es mejor dejar para luego, hasta que luego es precisamente aquello que escasea.
Si les interesa, pueden leerlo en línea aquí. No lo dejen ir.
Briseida Alcalá 