
Bong Joon-ho logra en esta fábula moderna retratar de manera original y efectiva la inocencia de las bestias en las siempre futiles querellas humanas.
Fuente de lucro y alimento, emblema, mártir, víctima, mascota, amiga y familia. Todos estos y más adjetivos recaen sobre Okja, una cerda de lealtad y tamaño monumentales, centro existencial de Mija, una niña de 10 años que ha crecido a su lado, hallándose ambas desde entonces a merced de las redes de convicciones e intereses de un concurso organizado por la multimillonaria compañía Midora.
El desfile de personajes pintorescos y memorables que las acompañan incluyen a una ególatra con daddy issues en la piel de la siempre excelente Tilda Swinton, un irreconocible Jake Gyllenhaal como la máscara amable tras las perversiones capitalistas y a Paul Dano brindando su hipersensibilidad a un activista tan dulce como implacable.
Con las libertades creativas necesarias el director orquesta una aventura fantástica con una estética emparentada con el anime. Por sus peculiaridades y excentricidades los personajes se vuelven memorables para un espectador que le otorga entonces su consentimiento para sumergirse en este particular universo.
Sencillo y efectivo el humor contribuye a la porción amena de la cinta, que junto a la estética y el ritmo la convierte en una experiencia entretenida. Una cámara dinámica contribuye a la creación de vistosas secuencias de acción que jamás dejan de lado el conflicto ético del argumento, expresando las encontradas posturas de un tema sensible y complejo, valiéndose de sutileza e ingenio para resaltar las incoherencias e inconveniencias de los extremos. No la dejen ir.
Una respuesta a «Okja»
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