Seducción, artificio e intriga son las armas que empuñan un par mujeres por la distinción de la reina Ana de Gran Bretaña en The Favourite, el más reciente largometraje de Yorgos Lanthimos.
Situada durante la guerra contra Francia, el filme retrata los vínculos entre la monarca y Lady Marlborough, quien en su condición de amiga, amante y confidente ejerce el poder efectivo en una corte plagada de intereses y manipulaciones. A este contexto arriba Abigail, prima de la misma, una dama venida a menos, quien asciende en la estima de la reina gracias a su candor, encanto y astucia. Entre las tres mujeres se forjará un triángulo que ejemplifica las complejidades del poder y del deseo en las relaciones femeninas.
Las actuaciones son todas espléndidas, ninguna de las actrices protagonistas desmerece en el que es el rol de una vida. Emma Stone experimenta junto con Rachel Weisz una espiral que la lleva en ascensión y picada, a la primera ética y a la segunda jerárquica. Olivia Colman está soberbia, sin desperdiciar una línea con su probada capacidad para la comedia, y probándose también en los matices dramáticos de un personaje patético. Su rostro justifica la existencia del close up en una exhibición magnífica de toda emoción humana.
La elección de Lanthimos de filmar utilizando objetivos gran angular genera una óptica torcida que comenta silente las desviaciones en las que el amor es fusta, latigo y brida.
Las particularidades de la fotografía se complementan con una banda sonora que se compone de piezas orquestas y que añade también la disonancia como glosa de la torsión en esta realidad.
Impecable en todo sentido, el diseño de arte no falla en su recreación particular de la época, que no elude las libertades creativas, permitiéndolas para ataviar las intrincadas confluencias entre supervivencia, dominio y vulnerabilidad. No la dejen ir.
Briseida Alcalá 