Observadora empedernida, una joven experimenta su despertar existencial, a la par que su pueblo natal alcanza la urbanidad en esta novela de Clarice Lispector.
Inconforme y confundida, Lucrecia Néves, la protagonista, es una joven ordinaria con una inclinación excepcional, mirar. Sus ojos, ansiosos por ver y nombrar no poseen interés alguno en penetrar.
Escindida en el momento histórico de S. Geraldo, la joven será juez y parte de su crecimiento y desarrollo, así transcurrirá su vida, entre el cuestionable progreso que de a poco se lleva el infiernillo del pueblo para entregarlo a un citadino averno.
Su inconformidad y confusión perenne le permiten a la autora, el rescate de la significación de la materialidad de la verdadera vida, del valor de las cosas por si mismas, de todo eso que también conforma el presente y por qué no la eternidad. No lo dejen ir.