
Werner Herzog explora el origen, desarrollo y porvenir del Internet en su interesantísimo documental, Lo and Behold: Reveries of the Connected World.
Siguiendo un orden cronológico toma como punto de partida el lugar mismo del nacimiento de la red de redes, las instalaciones de la Universidad de California, para desde ahí avanzar indagando y tanteando sus incalculables repercusiones y aplicaciones.
Dividido en diez capítulos, el documental tiene a bien retratar los sueños y las realidades unidas a las responsabilidades, a menudo poco asumidas de una creación que no deja de colectivamente reinventarse.
Curioso e involucrado, el director establece una observación participante y funciona como el narrador del filme, su fuente acento teutón le añade una dimensión casi automata a la narración, pero su sensibilidad e intuición planteada en las más inesperadas y pertinentes preguntas añaden la dimensión humana a un filme que asombra e inquieta al mismo tiempo al no olvidar el lado oscuro de las cuestiones éticas para los que ningún organismo científico o gubernamental tiene todavía respuestas.
El futuro ya está aquí, pero no es como lo imaginamos, ni como lo predijimos se trata de un un mundo unido y paradójicamente cada vez más alejado. No la dejen ir.