Pablo Larraín y su exploración de la hora más oscura de Jacqueline Lee Kennedy en Jackie.
Natalie Portman realiza una labor espléndida con la elegante contención que le brinda a su Jackie, empoderada primero, aturdida después, agotada pero jamás consumida, poseedora de una conciencia histórica exquisita y afanada en lograr que la muerte no signifique el aniquilamiento.
El director conoce bien el dolor, la culpa y la profunda impresión talladas en cada hecho histórico, esos que desgastan la realidad hasta transformarla en mito. Así, cronista, arqueólogo y forense logra con su particular sensibilidad un atrayente tratamiento donde el otro gran personaje del filme es John F. Kennedy como el eterno ausente, la sombra ubicua de lo que pudo ser, para develar la tragedia personal inscrita en un drama universal. No la dejen ir.