El libro ofrece en el título su premisa, pues el narrador es un gato simple pero no común.

Interesado y versado en explicar esta diferencia, pues todo lo que pensamos igual en los de su especie es en realidad diferente.

El libro es un pasatiempo de la mejor manera. Hay observaciones minuciosas, encuentros, rencillas, enfrentamientos, coqueteos, hay también juicios de valor y mucho, mucho humor.

El retrato que ofrece Natsume Sōsek a través de su narrador añade capas de polisemia a través sobre todo del profesor, su dueño con sus pinturas malogradas y esa ignorancia de la cultura occidental que siempre es piedra en el zapato de un japonés tradicional.

Resulta interesante también el nivel filosófico que añade la humanización del mundo, tan corta, insignificante e insuficiente a un humor sentido y socarrón propio de un pequeño felino.

Mi parte favorita es cuando se habla de la naturaleza de los gatos, de lo que los caracteriza y distingue pues a menudo me siento una:

Los gatos leemos libros en primavera, bailamos, caminamos sin apenas hacer ruido y sentimos cómo nos cambian los ojos.

Me gustó.

Fehér isten