«No hay cosa más libre

qué el entendimiento humano».

Las palabras no le hacen justicia a Sor Juana, ella se las hace a las palabras. Opaca, amada, amorosa, erudita, afanosa, estudiosa, graciosa, virtuosa, estelar, mexicana.

La lírica personal recoge todos los poemas que Sor Juana escribe por placer y no por encargo.

«azotada, como Ovidio».

se pasea por las amplias galerías del sonido y también las del silencio.

Los grandes tomos de la Biblioteca del Convento expanden el conocimiento que sembró las de la casa del abuelo paterno.

Erudita es también Enamorada y Escorpión.

En cada verso hay genio pero también sabiduría: rima y por supuesto ritmo, también el genio de su humor.

Ingenio y amorosa devoción:

OSCURA iluminación.

Sentimiento no opone razón, Sor Juana lo demuestra como lo haría después y en inglés Sylvia Plath.

En la primera justedades y en la segunda fidelidad: a la palabra, a la MUSA que nombra numen pues la sabe acuática y apolínea.

Celos en el poema, posesión en la palabra, obsesión en el amor.

DESEO contenido pero no refrenado.

naturales son los celos,
¿cómo sin tenerlos puede
el amor estar perfecto?

El papelillo definitivo es el portento de la opacidad, ese nocturno que recibe nombre propio: Primero sueño.

En el poema Sor Juana no está dormida, está soñando, rebelde revela que dormimos para en posición supina estudiar la noche, examen que el Sol interrumpe para arrancar el día.

“El vuelo intelectual con que ya mide”

Juana Inés divide la noche en versos, con vista de pájaro y cerebro de mujer.

Tweet

Cosmovisión que incluye geografía, mitología, astronomía.

El poema es el vehículo, el amor el tema, la razón la pone Sor Juana y todavía le sobra genio para añadir pasión.

Su ingenio y humor, su amorosa devoción, su erudición.

¿Más inspiración?

↓

LAS TRAMPAS DE LA FE  | La seducción: Sor Juana entre Palabras y Prohibiciones