
La herida abierta en la mácula histórica de nuestro origen abordada desde la más lacerante trinchera, la del traidor, en el espléndido cuento de Elena Garro: La culpa es de los tlaxcaltecas.
En un estilo emparentado con lo mejor del realismo mágico, la escritora explora la otredad asentada en una nación para siempre lacerada por la omisión de la ignominia. Nunca mejor representado que a través de un personaje femenino, ese largamente acusado de todas las desgracias del hombre.
La interpolación de instantes personifican la plasticidad del verdadero tiempo, ese que no se mide en minutos ni segundos, sino en glorias y horrores. Cisma de culpa y miedo, no es posible desprenderse de lo que lo conforma a uno mismo. No regresa porque nunca se ha ido. El desconocimiento no equivale al olvido. Recomendado.
Si les interesa pueden leerlo en línea aquí. No lo dejen ir.