
Con el filo de su pluma, Dorothy Parker, rasga el velo que oculta la callada desesperación de la clase media y que Lumen que reúne, por primera vez traducida al español en su narrativa completa.
Con un humor agudo y mordaz la autora se sirve del sarcamo y la ironía como lubricados mecanismo que revela realidades tan auténticas como incómodas ejerciendo su refinado cinismo.
La importancia exagerada de las apariencias se revela en adjetivos que son utilizados para nombrar o distinguir a un personaje de otro y que señalan bajo la superficie el conflicto que oscila entre una alarmante inconsciencia y el bien aprendido apocamiento que aplaza indefinidamente toda vía de salida.
Los protagonistas, en su mayoría mujeres, conducen en primera persona la narración, con soliloquios desenfrenados que reproducen de manera excelsa, el torbellino interior que significa la ansiedad de una constante represión, desbordada en actos patéticos que ilustran existencias asentadas en una convención asfixiante.
Perfectamente bien construidos, cada uno encierra una desgracia particular, enterrada bajo capas de pretensión, que como a un sofisticado traje cubren la podredumbre que carcome a una sociedad que empieza a vislumbrar su decadencia. No la dejen ir.