
Con cuatro cuartetos, Thomas Stearns Eliot explora la naturaleza inmutable del cambio, penetrando las apariencias para llegar a la esencia de las cosas, oculta siempre con el velo del tiempo.
Se trata de una embriagadora visión seminal sobre los fundamentos de la existencia en la que el origen sólo tiene sentido al contemplarse como final. Pasado, presente y futuro son una materia que sólo la carne sujeta, pero la muerte libera.
El cuarteto es el formato elegido porque la revolución sólo tiene sentido opuesta a la tradición. 4 poemas, como 4 puntos cardinales, 4 elementos, 4 puntos de partida para el autor, de un panorama histórico cambiante que asienta su biografía en Inglaterra. La poesía logra así ser anímico en lo individual y lo universal, por esa otra religión de los ingleses que es siempre la naturaleza y que aquí persiste en el camino que señalas las aves, los árboles y también los ríos, esas arterias que vienen del mar y al mar van a dar.
Para contraponer la imposibilidad del hombre de existir en el continuo flujo de tiempo que une pasado, presente y futuro, en la verdadera consciencia, una sola medida, un tiempo único, eso que se la nombrado eternidad. No lo dejen ir.