Una anciana solitaria recupera al cuidar de su cerdita un propósito para su vida en Cría puercos.
Esmeralda, la protagonista, acaba de enviudar cuando comienza la cinta. Su soledad se extiende por la reciente tragedia y la negligencia, pues la relación con su único hijo es casi inexistente, reducida a intercambios telefónicos breves, frustrados, entrecortados entre las barreras culturales, que suman las de generación e idioma.
La inapetencia provocada por tales estados permite desarrollar un atractivo eje narrativo en el manejo y preparación de alimentos, vehículo que expresa el amor y cuidado de una persona por otro ser, incluida ella misma.
El elenco, combina actores profesionales con naturales sin que sufra jamás el tono, que es el de vidas francas y sencillas. Concepción Márquez está espléndida, su mirada transmite la misma cantidad de ternura que tristeza, recelo y resistencia. Los silencios también la expresan y de ahí se desarrolla en el espectador una empatía genuina. Clementina Guadarrama presenta con Lorenza, una exploración diferente de la soltería que se ofrenda generosa desde el apoyo invaluable de la amistad verdadera.
La sencillez de la anécdota se desarrolla desde la suma de ausencias y las nuevas presencias con una vuelta de tuerca que remite a una obra maestra. El paisaje, ofrece su belleza y calma inmemorial como un lienzo impasible para narrar una historia que el tiempo repite y la época cambia. El ritmo es lento y en la repetición se encuentra la alegría para aprender que tanto importa tanto el que se va como el que llega. Si les interesa está disponible en amazon prime. No la dejen ir.