
Kieślowski traza un paralelo entre el asesinato y la pena de muerte en el quinto episodio de su decálogo: No Matarás.
Las complejidades de la materia se abordan a través de personajes que con tino se alejan de la noción convencional del criminal. Jacek, un joven de 21 años, hace las veces de atípico protagonista, errático por una Varsovia indolente busca materializar en la atrocidad la sombra del remordimiento. El otro personaje principal es Piotr, un joven y recién graduado abogado, inclinado no en la persecución sino en la comprensión de la ofensa. A medio camino de ambos, Waldemar Rekowski, la cuestionable víctima.
La sensibilidad del tratamiento no elude la crudeza desagradable del acto de matar, retratado en dos secuencias equivalentes donde la artificialidad de una resulta tan ofensiva como la impetuosidad de la otra.
Así, sin censura ni condena, Kieslowski desafía las concepciones judeocristianas del bien y el mal para evidenciar la resistencia de la barbarie en la autoproclamada civilización. Recomendada.