Para conmemorar los 100 años del cinematógrafo, 40 de los más grandes nombres del cine contemporáneo aceptan la invitación de Sarah Moon para filmar un cortometraje utilizando la cámara creada por los hermanos Lumière. Las reglas del juego son 3:
– 52 segundos de duración
– Sin sonido sincronizado
– Sólo 3 tomas
Los resultados son por supuesto dispares, la mayoría son simples ejercicios o divertimentos que no trascienden más allá de la importante anécdota. Otros son interesantes y unos pocos excelentes como el de Helma Sanders con su sinfonía de luz, igual que el de David Lynch,autoproclamado habitante de otros mundos.
Intercalados a los cortometrajes se muestran imágenes detrás de cámara y la respuesta de cada cineasta a la pregunta ¿por qué filmas? Tomados por sorpresa pocos pueden formular una respuesta coherente. El tema, la técnica, el discurso, revela los temperamentos y personalidades de cada director. La compostura y elocuencia de Haneke impresionan,
Su valor como testimonio es importantísimo, la cámara como objeto de culto, el cine como religión, la mística pero también el aspecto lúdico del filme, el experimental, la reflexión, el autocuestionamiento. No lo dejen ir.