Escritas en el exilio, Voltaire plasma en las Cartas filosóficas su pensamiento sobre la libertad religiosa como una de las condiciones indispensables del progreso.
Tomando como modelo la multiplicidad de sectas de Inglaterra, examina los errores y aciertos de cada una, pasando por su origen, su desarrollo y algunas curiosidades históricas que nunca está de más conocer.
Cuáqueros, anglicanos, presbiterianos, socinianos, arrianos y antitrinitarios cada uno expresa una variante distinta del cristianismo, que aunque los demás no compartan se ven obligados a tolerar desde una prudente distancia.
En un estilo sencillo y franco, señala el absurdo y perjuicio que causa en una nación entera y en cada uno de sus ciudadanos la intromisión oficial en la decisión personal.
Publicadas en 1734 bajo el nombre de cartas inglesas, su vigencia permanece para señalar las innegables ventajas de la diversidad frente a la dicotomía. No lo dejen ir.