Con El arte de defenderse, Riley Stearns explora los vínculos culturales entre masculinidad y violencia. Lo hace con una premisa en apariencia previsible, la de un hombre que se inscribe en un dojo de karate, como medida preventiva y correctiva ante una vida de abusos que culmina en un ataque injustificado que lo deja en el hospital.
Jesse Eisenberg le brinda su piel a Casey Davis, el protagonista, un oficinista apocado cuya debilidad convencional se expresa en su mascota minúscula y su departamento neutro, pero quien guarda en su interior la vena oscura de quien ha sido largamente abusado.
Los cambios en su vida son casi inmediatos cuando encuentra la pertenencia en una disciplina que le brinda, además la aceptación y guía del sensei local. Luego del anticipado montaje musical, el filme tomará un rumbo inusual que ya señalaba el uso inicial de una cámara que se fija en los detalles, brindando siempre la misma sensación que domina al protagonista, un disconfort continúo de quien no encuentra su lugar en el mundo.
El tono mofa los lugares comunes sin desaprovechar la comicidad del tono de superación personal, para forjar un guión inesperado, pero satisfactorio, trazando un extraño viaje para el protagonista y el espectador. Ilustrando con el conflicto la condición humana como polarizada: femenino/masculino, presa/cazador, débil/fuerte. Roles injustos pero sobre todo insostenibles.No la dejen ir.
3 respuestas a «The Art of Self-Defense»
Regards for helping out, great info.
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Thanks a lot. I like it.
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