LOVE

Gaspar Noé dirigió una de las cintas más inolvidables de la pasada década: IЯЯƎVƎЯSIBLƎ; probándose capaz de generar imágenes que se atascarían en nuestra memoria y revolverían nuestras entrañas de manera magnífica. Después de un descanso de 6 años regresa con LOVE,intentando retratar la sexualidad sentimental como nunca antes se había visto en el cine.

La primera escena muestra a los amantes desnudos y en el acto carnal, el encuadre es perfecto, la música acertada y la conexión evidente. Observamos por casi 3 minutos su interacción hasta alcanzar el clímax. Ahí una cruel alarma regresará a Murphy (Karl Glusman), el protagonista, a la realidad, a la miserable existencia que le llevó una infidelidad y un embarazo no deseado. Poco después recibirá la noticia de que Electra (Aomi Muyock), su ex-novia, está desaparecida y nadie logra encontrarla. La noticia desencadenará en Murphy una cascada de recuerdos de su antigua relación, que resaltará lo infortunado de su vida.

Lo mejor de la película es lograr la intención principal del director, este retrato de la sexualidad sentimental, con encuadres cuidados e imágenes saturadas de rojo. Es admirable la entrega de los actores, mucho más tomando en cuenta que las dos protagonistas realizaron su debut en este filme.  La banda sonora también es estupenda, piezas instrumentales de orquesta y el excelente solo de guitarra de Maggot Brainde Funkadelic.

Otro elemento interesante es el tiempo, el contraste entre el candor de la juventud y el hastío de la forzada madurez, lo vívido del recuerdo y la angustia del remordimiento, 

Las fallas se encuentran en el guión, que no lo logra concretar una conclusión igual de intensa que las imágenes que brinda. Aún así no es de desestimarse la cinta, pues la sexualidad en el cine a menudo se aborda de una manera artificial y casi desechable, siendo necesarios aproximaciones más cercanas a la realidad y al ideal. No la dejen ir.