Lo divino es la careta de lo mundano, cuando el amor de los hombres suplanta al de los Dioses en las puertas del paraíso de Jerzy Andrzejewski.
El relato sigue la crónica de una cruzada infantil que pretende lo que no lograron todas las otras, recuperar el sepulcro de Jesús de las manos de los infieles. Pecadores, mártires y penitentes, los niños marchan obedeciendo el llamado del corazón, guiados por un joven pastor que los congrega como Moisés a los israelitas.
La novela ejerce una proeza narrativa en la ilación ininterrumpida de los hechos, prescindiendo de puntos hasta su parte final; con una confesión como eje conductor, cada uno de los personajes principales relata su propia versión, a menudo encontrada, parcial y hasta falsa.
Un polígono amoroso de fervor, deseo, esperanza y desencuentro congrega sus primeras pasiones en un cruce de visión, confesión y revelación. La fe es el disfraz de las viseras que despiertan y nunca como entonces se agitan. Su falta y fortaleza surgen indistintas de la inocencia, la misma que enarbolan como bandera y arma contra una lucha que ningún hombre está destinado a conquistar. Por amor se lucha, se calla, se sufre, se muere y también se mata. No la dejen ir.