Campeón de su propia vida, Andrew Bird afronta y documenta los desafíos de su presente en My Finest Work Yet.
Guitarra y piano guían las melodías con arreglos espléndidos que incorporan instrumentos de cuerda y viento, y saben inscribirse y despegarse entre el jazz, el folk y el swing.
Las letras, maduras de la mejor manera, relacionan las diatribas personales y sentimentales con figuras mitológicas que de referencia pasan a símiles, abordando la existencia desde sus primeras capas hasta las últimas.
Un entonado silbido es el primer sonido del disco, que abre acompasado Sisyphus, con un arreglo temporal y reminiscencias de lo mejor de Clocks, la lírica explora desde la figura mitológica el sinsentido de las usanzas que agotan, para luego rebelarse orgulloso como sólo puede hacerlo un mortal. Temazo.
I’d rather fail like a mortal than flail like a god, I’m a lightning rod
Inscrito en el jazz Bloodless sabe surgir y transitar desde un piano disperso, cuasi desenfadado a un arreglo de de cuerdas que brinda sofisticación a la melodía que no pierde en su base ecos de una improvisación, mientras se prolonga hasta que renuente, se desvanece.
I know it’s hard to be an optimist
When you trust least the ones who claim to have the answers
Con el rasgueo en punta despega Olympians la melodía avanza cobrando fuerza para inflamarse con el arrojo necesario para afrontar y mejor aún vencerlos avatares de la vida conyugal.
Cracking Codes se libera de la necesidad de afectaciones para con la melodía siempre sencilla equiparar la intención de la lírica de una relación en horizontal. la comunicación o dirigirla hacia una verdadera horizontalidad. sincera, desde la simplicidad de su melodía con piano, guitarra, y el silbido, arreglo de cuerdas.
And though I may speak to you in tongues
We don’t need Rosetta Stone
La disonancia caracteriza la musicalidad de Fallorun, desde el theremin de los primeros momentos hasta la guitarra, con el staccato simbolizando la letra que desafía y niega la incapacidad para alcanzar la auténtica permanecía.
Ningún hombre es una isla en Archipelago, que se abre camino entre sonidos alejados y dispersos, aclarándose en un arreglo de cuerdas, que disipa la bruma para reunirnos junto al fuego.
Los instrumentos de viento caracterizan el arreglo conjugado de Proxy War, con la batería brindndo una nota limpia. Manifest regresa al folk, emparentada con un temprano Dylan para cuestionar la posibilidad de cambiar, sin equivocar, de camino.
I’m coming to the brink of a great disaster
End just has to be near
Don The Struggle sigue acompasado con la batería y la guitarra, la percusión maricla y el rasgue como arrancado, luego muy animado cuasi circense que incorpora muchos elementos y se regodea gratamente en la instrumentación, logrando construyendo logradas figuras en la lírica a partir de los temas términos musicales o figuras trasladar el significado personal de
Bellevue Bridge Club concluye el disco, con la generosidad de quien ofrece jamás partir, armado de una voluntad tan fuerte que puede y quiere librar solitario, la batalla que siempre fue conjunta. No lo dejen ir.
You know there’s no you without me
Track list

- Sisyphus
- Bloodless
- Olympians
- Cracking Codes
- Fallorun
- Archipelago
- Proxy War
- Manifest
- Don The Struggle
- Bellevue Bridge Club