Linterna Mágica

En linterna mágica, Ingmar Berman proyecta la película de su vida.

Con el libro, el director reflexiona sobre su vida, marcada desde el comienzo por la imaginación, la creación, sus numerosos amores y por supuesto, sus películas.

Afectado por una crianza contenida, la fantasía es el vehículo elegido para descargar fijaciones y obsesiones, que desde los primeros años lo revelarían como un mentiroso nato, inclinado a refugiarse en la ilusión de los reveses de la realidad.

Biografía atípica, el texto no se apega a la linealidad de los eventos. La niñez no es pasado, sino instantes perfectamente registrados a los que se regresa en todo momento, con el privilegio de la memoria imprimiéndoles la nitidez de una fotografía. 

La lectura es interesante y amena, debido también a que, al igual que en sus guiones, Bergman salpica la narración con observaciones humorísticas que no dan tregua a nadie, ni a él mismo, enriqueciendo el tono general de la lectura, que es el del implacable observador.

La distancia que brindan a las pasiones los años lo encuentra generoso con las deidades femeninas de su panteón particular, figuras fundamentales en su vida y obra. A las que retrata, igual que en sus filmes bajo una luz halagadora, cortesía que no extiende a si mismo, a quien se refiere en los términos de una sinceridad que busca claridad y no apologías. 

Así el texto se conforma con los sucesos definitivos en una vida consagrada a la expresión del hermetismo, documento invaluable para la comprensión de una filmografía que se mantiene inagotable. No la dejen ir.