«Entonces ella reparó en los huevos, todavía estaban ahí frente a ella. Agarró el tenedor y probó un bocado, y luego otro, y otro. Tuvo que terminarse el plato para comprender el hambre que tenía. Tanta hambre que se preguntó si acaso no habría más cosas en su heladera que pudiera comer, y le sorprendió […]
