Luis Buñuel explora la decadencia de la burguesía en su filme, donde un grupo de adinerados queda atrapado en una mansión durante una velada que se convierte en pesadilla. La historia revela la miseria humana, transformando la elegancia en barbarie. La fotografía de Gabriel Figueroa complementa esta crítica social con toques surrealistas que hacen de la obra un enigma fascinante.
