Carta de amor, búsqueda y encuentro, Había mucha neblina o humo o no sé qué representa el recorrido de una vida marcada por una obra y sobre todo por un autor, Juan Rulfo.

Peregrina, migrante, amante; Cristina Rivera Garza persigue y acompaña al escritor por los caminos que formaron la porción material de su biografía. Conduce de punta a punta como el agente de ventas de Euzkadí; asciende montañas como el alpinista que es, además empleado de la Comisión del Papaloapan, y se sumerge también en los archivos fotográficos que producen esos viajes y en las investigaciones, tesis y testimonios de Entonces y Ahora.

El libro viaja y transita mientras imagina y dialoga en un cruce de ensayo, narrativa, investigación, teoría crítica y poesía. Experimenta, con el derecho del interés, el entusiasmo y el convencimiento mientras hurga una biografía que recorren la intuición y la memoria, para percibir al uno en el otro y viceversa.

La autora evoca el tono espectral de Pedro Páramo en la de voces que se tienden a través de espacio y tiempo. 

Ensueño es la palabra justa para definir el tono del libro, pero se trata de uno que surge del conocimiento, de la profunda trabazón común a todos los verdaderos amantes de la lectura.

Se trata del panorama y radiografía de un autor, un hombre, una obra, una región, un país y ella misma.

Si alguien conoce, comprende y ama a Rulfo es Cristina Rivera Garza.

“Una relación sagrada la de una lectora y un texto”, siempre exacerbada cuando esa lectora es también escritora. 

El fotógrafo Juan Rulfo

El invencible verano de Liliana

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