Terror, violencia y retorcida comedia en Mirindas Asesinas, el primer cortometraje de Álex de la Iglesia.
El guión, autoría del director, construye desde el absurdo una situación atípica con roles invertidos y antagonistas insospechados. En tono de farsa la trama retrata a un asesino neurótico y amante de las mirindas, quien no vacila en rociar con balas a cualquiera que incurra en una inexactitud en el lenguaje. Referido en los créditos como Tubular Killer, el papel principal recae en Álex Ángulo, quien brinda una interpretación espléndida como un sujeto aparentemente tímido y nervioso, que oculta tras su agudo timbre de voz una bomba de tiempo andante.
Las claras limitantes del presupuesto son superadas y aprovechadas, a través de una iluminación contrastada que captura el ambiente de filme antiguo, al que también contribuye un gran diseño sonoro que incluye el falso intro de una película checa, truenos, murmullos y gritos.
Original y altamente entretenido, se trata de un debut notable, ensayo de un estilo extraño pero atrayente, signo inconfundible del resto de su filmografía. No la dejen ir.
Briseida Alcalá 