Retrospectiva, exploración y visión, El Arco y la Lira representa la reflexión de Octavio Paz sobre la cuestión fundamental de su existencia, el lenguaje, en la más alta de sus manifestaciones: la poesía.
¿Es necesaria la poesía? La intimidad brama entusiasta para afirmarla, pero el instinto ha de recorrer un largo camino antes de entrar en contacto con la razón, cuando lo elusivo de la cuestión reside en el carácter intangible de la misma, y en el estadio crítico en el que se encuentra desde hace siglos.
Reflexionar sobre la Poesía es considerar la historia, el lenguaje, el universo, la espiritualidad, la materialidad, en resumidas cuentas, el hombre mismo. Instruido como pocos o quizá como ninguno, Paz evidenciará la actividad poética cómo la posibilidad auténtica del ser humano para rozar ese otro mundo que esquivan la historia, la ciencia y la técnica, pero del que es certidumbre la herida primigenia.
Su saber enciclopédico deslumbra, maravilla y alienta para confirmar a la poesía como la singularidad donde se concilia el tiempo. Contrapeso y contraparte, la palabra es puente, umbral, salida y paso a un presente que es regreso y porvenir, un tiempo original entre la bestialidad y el esplendor de ese otro que es distinto y también él mismo.
No se trata de una lectura fácil pero sí de una fascinante, significativa e imprescindible por su propósito de responder las preguntas universales, rasgo que, en palabras de su autor, define a los grandes libros. No lo dejen ir.
Briseida Alcalá 