Park Chan-wook adapta Fingersmith para trasladarla a la Corea de la ocupación japonesa y transformarla en un juego de astucias y engaños como el fondo imprevisto para el florecimiento de un idilio.
Maestro del fraude y el timo, un falso conde traza un elaborado ardid con una rica heredera en el centro de su plan, buscando casarse con ella y apropiarse de su fortuna luego de recluirla en un manicomio. Para ayudarlo introducirá al servicio de la dama una joven estafadora astuta y encantadora. Ninguno de los tres podrá prever entre sus cálculos la intrusión de nuevos y más potentes deseos.
La migración de la narración a la natal Corea del director le permiten apropiar mejor la historia, cubriéndola con el manto de belleza de las particularidades de su cultura, logrando con la fotografía y el diseño de arte una lucida puesta a cuadro, además de insertar algunos guiños históricos que reafirman la noción de impostor que impregna todo el filme.
Las complejidades laberínticas de su origen literario son sorteadas con tino a través de las sutilezas del lenguaje cinematográfico, pincelando unas, magnificando otras, permitiendo concentrar el conflicto al sintetizarlo, brindando además espacio para un mejor desarrollo de la relación entre los personajes principales, cuyo trayecto los lleva de la ignorancia al descubrimiento.
Una cámara subjetiva significa la ansiedad tímida de las amantes con planos a detalle de ligeros roces, labios que se relamen y miradas que cautivan para establecer una intimidad innegable y contagiosa. Tae-ri Kim brinda todo su carisma a una encantadora Sook-Hee y Min-hee está cautivadora como Hideko.
Inesperados y bien logrados giros argumentales permiten mantener la atención del espectador a través del gradual develamiento de secretos oscuros e inenarrables perversiones.
Intrigante y sensual, el tratamiento bícefalo del filme conjugará la perspectiva de dos existencias en apariencia disímiles a las que sujeta el corazón, como testimonio de que el afecto más puro brota siempre de los lugares más inhóspitos e inesperados. No la dejen ir.