Los fogones se encienden y el olor a humo inunda el ambiente, en las primeras mesas se ve a un anciano afinar con placidez su guitarra, mientras mi café realiza el inesperado viaje de la olla al unicel.
El aire limpio y la mañana fresca, las cuerdas pulsadas colman el silencio y una niña se acerca a mi mesa para sentarse sonriente justo frente a mí. Su madre y otras mujeres conversan en voz baja en la cocina. Esto es Zitakua, el microcosmos huichol que alberga Tepic. Y todas estas personas trabajan, pero más importante aún, viven aquí, en una colonia popular que se asienta en una colina que domina la ciudad y que resguarda el Marakame posando su mirada sobre todo el Valle de Matatipac.
¿A qué he venido? A comer. ¿Qué se ofrece? Quesadillas. La lista de opciones es larga, incluye rajas, chicharrón, carne con verdolagas, calabacitas y champiñones. Las bebidas son agua fresca de piña o guayaba, jugos, refrescos y café.
La cocina es sencilla y por tanto maravillosa, siguiendo la forma tradicional, de fogón, pretil, comal, con los aparejos propios que adornan sin dejar de ser funcionales. Las mesas y sillas de madera y palma.
La quesadilla es fantástica. El queso suave se funde entre tortillas de un azul que en estos lares es toda una experiencia, no lo encontrarás en ningún otro lugar.
El guiso es elemento que realza y consuma el sabor. Los complementos incluyen frijoles de la olla, ensalada de nopales (naakary) y salsa de molcajete (tekusuna). Todo fresco, familiar, suculento. Un imperdible para foráneos y locales. No lo dejen ir.
Dirección:
Zitácua 63174 Tepic, Nay.
Precio promedio por persona:
$50
Horario:
lunes a domingo: 08:00 - 20:00
Briseida Alcalá 