
Dirigida por F. W. Murnau y filmada en 1922, Nosferatu inicia con la magnífica overtura de Hans Erdmann sentando el tono de la primera y una de las más célebres versiones fílmicas del Dráculade Bram Stoker. La película, inscrita en el expresionismo alemán, ha sobrevivido la prueba del tiempo, con sus atmósferas inquietantes, juegos de sombras y temática maligna.
Las diferencias con la historia original radican en la imposibilidad del estudio de conseguir los derechos del libro, lo que se sorteó con algunas modificaciones en la historia y en los nombres de los protagonistas.
El joven matrimonio entre Hutter y Ellen ve alterada su dicha doméstica cuando un agente inmobilario llamado Knock lo comisiona para vender una propiedad al Conde Orlok. La transacción requiere que Hutter viaje a Transilvania al hogar del Conde, donde pronto descubrirá que los mitos del vampirismo encarnan en ese espectro sediento de sangre.
El acompañamiento musical enfatiza cada secuencia del filme, con variaciones acompañadas por la saturación en los colores amarillo, azul y rosa, de acuerdo a los personajes y el desarrollo de la historia.
La iluminación dura enfatiza las sombras, simbolizando las fuerzas ocultas que yacen en la oscuridad y que despunta en la secuencia final, con el largo brazo del conde internándose en el corazón de Ellen.
Con su interpretación, Max Schreck se mantiene como referente por excelencia del señor de los vampiros y junto al tema musical y al logrado retrato de la malignidad la convierten y sostienen como un filme clásico. Si les interesa está disponible en la plataforma de filminlatino. No la dejen ir.