Scorsese regresa al gran formato con una épica estadounidense sobre la caída de un imperio, el que moderaba la mafía y el gremio.
El filme muestra la pericia y maestría de los años maduros en todos los involucrados, en una carta de amor al cine de gangster, con fuertes tintes del Padrino y Goodfellas, que se inscribe como un clásico instantáneo en un género insigne del cinema estadounidense.
Un largo travelling nos introduce en el universo de Frank Sheeran, un anciano que narra su historia a partir de un incidente clave en la historia nacional y por tanto mundial, que toma forma a partir un viaje en carretera para asistir a una boda. El viaje es también el de sus recuerdos, y la historia secreta y oscura del momento más trágico de su biografía.
Comienza así un desfile de sucesos y vidas, pero sobre todo de muertes, con la memorable decisión, de presentar cada personaje junto con la causa del fallecimiento de cada, casi siempre violenta. Los disparos son el modus operandi en este mundo, igual que el fraude y la extorsión, pero no faltan también los romances, nacimientos, camaradería y una manera de ser en todo momento contenida en códigos establecidos, que se respetan con la vida.
Con una literalidad discontinua se alternan presente, pasado y futuro sin recursos estilísticos que distingan los numerosos flashbacks que constituyen la narración en tercera persona, forjada a través de un tablero de vendettas y ajustes de cuentas que desplazan el poder en el la convención de la tradición.
Las actuaciones son un deleite, y el cast un lujo pocas veces visto que corona un de Niro en plena forma, exudando carisma para rejuvenecer a los ojos de una audiencia que acepta la ilusión de la creación.
La banda sonora es espléndida, desde el tema original, compuesto por Robbie Robertson, que funciona como leit motiv, hasta todos los otros clásicos que ilustran, distinguen y caracterizan la época reflejada.
La cinematografía es soberbia, y se evidencia particularmente en la precisión de las ejecuciones. Probando la fuerza creativa de la madurez. Con un segundo travelling se brinda circularidad a la historia, para concluir la extinción de un orden que representó la oscura gloria de todo un país. No la dejen ir.
Un mundo que se viene abajo en la oscura gloria de los italoestadounidenses.
Briseida Alcalá 