Con el segundo sexo, Simone de Beauvoir desvela la invención que suplanta, suprime e imposibilita la condición femenina.
Relegada a los dominios del enigma, la magia, la imaginación y el misterio; la mujer persiste en la incomprensión y el anonimato de facto del subsuelo social, subyugada por voluntades ajenas que se han servido para mantenerla ignorada por otros, comenzando por ella misma, para privarla de la oportunidad y capacidad que delimita un individuo, la libertad de ejercer esa voluntad que lo define.
De lo concreto a lo teórico y a lo imaginado se tiende la apretada red que a todas las envuelve, una urdimbre ceñida que con una mano sostiene y con la otra sofoca, abandonandola en el devenir histórico que poco más ofrece que puertas y salidas falsas, algunas apenas ventanas,
Desde la reducción equívoca originada en la biología, la autora desarrolla la insuficiencia primaria que se extiende y justifica luego en el cariz psicológico, social e histórico y que desarrolla en un ensayo brillante y concienzudo que abarca la totalidad de su esencia, con un cuidado repaso científico que se vale de declaraciones, referencias y casos clínicos, para mostrarla versada en cada una de las materias que esgrime como argumentos y contrapesos al paranoma que ofrece en su tesis: para liberar a la mujer primero habría que conocerla. No lo dejen ir.